Lo comido y lo leído

viernes, mayo 12, 2006

Adentro del cerro

Ayer fui a conocer la nueva bodega de Casa Lapostolle donde se hace el vino Clos Apalta, el top de la viña. Está en el valle de Colchagua y fue construida por un arquitecto apellidado Benavente y que trabaja con Borja Huidobro. Esta es la primera bodega que él hace y el resultado es bien espectacular. Se invirtió bastante plata también, cerca de 9 millones de dólares. Lo entretenido que tiene es el concepto de espiral que va bajando por dentro del cerro; espiral como un sacacorchos, como un sinfín, como un caracol. Uno ingresa por la parte de arriba y en ese nivel se separa manualmente las uvas de sus racimos, procurando no romper los granos. La fruta se introduce dentro de 21 cubas de madera que están en el siguiente nivel hacia abajo y que uno puede ver si baja por las escaleras de caracol. Es una gran sala ovalada en la que la uva se va rompiendo y fermentando hasta convertirse en mosto dentro de las cubas. El mosto se trapasa a las barricas que están en el siguiente nivel hacia abajo, vía mangueras. Esa es una sala con techos abovedados en forma de cruz, en la que el vino descansa todo un año. Al año siguiente las barricas bajan en ascensor al siguiente nivel hacia abajo, una suerte de catedral del vino, enorme sala ovoide con techo redondeado recubierto de palitos de raulí, con una luz que sobrecoge y donde el vino sigue tomando aromas y sabores dentro de las barricas y donde luego los enólogos, probando en contenido de cada una de ellas, decidirán qué partida se mezcla con qué para ser el nuevo Clos Apalta. En el siguiente nivel, el Clos Apalta se mezclará y se embotellará, para pasar ahí directamente a los camiones que llevarán las botellas hasta su último punto de reposo. Cuando un llega abajo y eleva la vista, se da cuenta que ha bajado mucho. Y una ventana por donde se puede ver una enorme formación de granito recuerda que tuvieron que dinamitar el cerro para poder construir la bodega. Y para que el granito formase también parte del proceso del vino, se transformó en lajas que ahora cubren el piso de los descansos de la escalera. Toda una experiencia internarse en la nueva bodega de Clos Apalta en Colchagua, casi tan intensa como probar este corpulento vino que saca aplausos por donde pasa (como su reciente puntuación de 94 en la Wine Spectator).

1 Comments:

  • At 6:10 p. m., Blogger Shirley Camino said…

    Hola, ¿todavía estás en tu blog? Soy una colega tuya de Ecuador y estoy investigando sobre las Catedrales del Vino... así me encontré con "Adentro del Cerro". Quería saber si tienes noticias frescas sobre el lugar; por ejemplo, me interesa saber si la percepción que tuviste fue muy personal o si la construcción les inspira a otros darle dicho calificativo; si está abierto al público para visitas; etc.
    Además, me ayudarías enormemente, con comentarios sobre otros lugares que son o pudieran ser "catedrales del vino". Espero que revises tu blog y me des la mano. Gracias y buena suerte.

     

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